850 Días es un proceso de descubrimiento vital, en el que Manzano se despoja de lo superfluo y se desnuda, para mostrarnos su historia en primera persona.
850 Días es la representación de una nueva vida, que Manzano expone sin artificios y en un estilo personal, acompañado de la técnica y el color como recursos narrativos.
Las miradas, las manos y la luz importan aquí. Las manos nos descubren las historias de las personas que retratan, y analizan en profundidad las emociones. Son retratos realistas, con un estudio pormenorizado de la luz, que nos hacen sentir cómo fluye la vida.